Recientemente descubrí Charleston House y quedé maravillada por su personalidad.
Charleston House se encuentra cerca de Sussex, en Inglaterra. Es la casa de campo dónde Vanessa Bell, Duncan Grant y su amante David Garnett se mudaron en 1916. Ellos pudieron evitar entrar al servicio militar obligatorio de la Primera Guerra Mundial trabajando en una granja local pero el espacio dónde vivían les sirvió para desarrollar sus inquietudes artísticas e intelectuales. Vanessa Bell era la hermana de Virginia Woolf y junto a ella, su marido y otros artistas como Roger Fry eran visitantes habituales de la casa. Artistas, escritores y bohemios formaban parte del círculo de intelectuales británicos Bloomsbury Group y Charleston fue un punto de encuentro para desarrollar sus inquietudes y discusiones.

Vanessa y Duncan, los dos artistas, pintaron toda la casa. Paredes, muebles, tejidos, cerámica y lámparas. Todo pintado a mano con pinceles y stencils. Jugaron con el color y la geometría, inspirados en el post-impresionismo y el realismo de los frescos italianos. Los dos artistas y diseñadores de interiores aprovecharon la casa como un lienzo para desarrollar su creatividad y libertad artística.
Todos los habitantes y visitantes contribuyeron a pintar o decorar de una manera u otra la casa. La decoración era un proyecto sin fecha límite, a work-in-progress y con total libertad. El hijo de Vanessa pintó más tarde piezas cerámicas, los cojines los cosió la madre de Duncan… Sin buscar la perfección, Charleston revela un trabajo delicado y lleno de personalidad. La casa se fue decorando durante más de 40 años, hasta la muerte de Vanessa en 1961. Duncan siguió viviendo en la casa hasta su fallecimiento 10 años después.
Vanessa fue una de las más influyentes artistas del grupo Bloomsbury. Su trabajo fue expuesto en Londres y París, pero sobre todo fue su trabajo pintando murales en Charleston el que ha cobrado mayor influencia aún hasta día de hoy. Su convencimiento era que el arte era esencial para vivir, y así lo hizo en su propia casa, decorando con sus pinceladas cada habitación y cada elemento decorativo. La peculiaridad del trazo imperfecto y la libertad con la que desarrollaban los colores y motivos, usando cada pared y cada mueble como lienzo, hace que Charleston sea una pieza fundamental en la historia del arte y de la decoración de interiores.
Grant y Bell demostraron que el arte puede desarrollarse en cualquier espacio, más allá de una galería o museo. Consiguieron escapar de los interiores eduardianos y victorianos desarrollando una visión más personal en su propio hogar.
Charleston es ahora una casa-museo que se puede visitar y dejo un link de House & Garden dónde se puede ver una visita comentada de unos pocos minutos.